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TRISTE HISTORIA DE VICTOR CABALLERO [EL JULGOLERO]

Chupacirios

Miembro Maestro
TRISTE HISTORIA DE VICTOR CABALLERO
Acabo de despertar, ¡Qué día pasé con la gente del Callao! Fue una terrible bomba, con mi batería el Kasike y su cache el Drogario. Había de todo, alcohol, venecas, y la bendita blanquita, ese polvito que te pone más duro que Paolín contra Argentina. Estaba sentado en uno de los sillones de la casa de la tía Anita cerca a las caras de Atahualpa con una venezolana exhuberante, ella poseía unas delanteras jugozas como el más dulce melón, yo, embelezado con ese par de colosales atributos, asentía a todo lo que ella me pedía, obviamente a cambio de su respectivo cara y sello que ella me entregaba sin chistar. Al terminar la faena y rodeado de escenas sexualmente explícitas con Kasike, Lucero, Drogario y un tipo que respondía al nombre de Renzo León, la venezolana me ofrece aquel polvo mágico, y yo, con el subidón del momento, acepté sin pensar en las consecuencias. Luego de eso, no recuerdo más. Luego aparecí en mi casa, al parecer mi mamá estaba llorando en su pequeña y desolada habitación, ya eran las 11:00 am. "Madre, ¿Hoy no salías a vender ceviche de pota frente al colegio fiscal 3153 ?", ella, con los ojos llorando volteó y me dijo: "Victor, hijito mío, llegaste en un estado de locura, acompañado de un transexual de 1.85 m en minifalda, Victor hijito, me apuntaste con un arma hijito, a mí, a tu madre y todo porque no quería que ese señor que no dejaba de tocarte tu traserito entre a nuestra humilde casita, hijito, ve al baño y lee lo que dice en el espejo". Me rompió el corazón ver aquella escena de dolor en donde la protagonista es la mujer que me dio la vida. "Hijo yo te amo y siempre te apoyaré", exclamó mi madre con la voz quebrada y llena de agonía, yo, con toda la vergüenza de ser un hijo patán entre al baño como me lo indicó mi madre. Al entrar vi el espejo y rompí en llanto, miré al cielo como pidiéndole otra oportunidad a papá lindo. En aquel espejo y escrito con lapiz labial decía lo siguiente: "Bienvenido al mundo del SIDA"
Mi madre vino corriendo a socorrerme, yo había caído devastado al suelo, ella en su infinito amor me abrazó y mientras presionaba fuertemente sus manos cansadas en mi espalda me dijo: "A pesar de todo hijo, siempre te voy a amar, Victor Ernesto Caballero con DNI 47012034"
 
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