Rusia 
Putin pide a rusos tener más hijos: ‘es nuestro deber histórico’

"Así lo hacemos en la Madre Rusia, Tovarish Quispe!"

Loco Pildorita

Miembro Maestro

Putin aprueba una amnistía para las presas no reincidentes, con delitos no violentos o hijos menores como medida para fomentar la natalidad​


Vladímir Putin y sus halcones quieren restaurar viejos tiempos en Rusia y tienen una misión para sus mujeres: centrarse solo en tener muchos niños. “En las familias rusas muchas de nuestras abuelas y bisabuelas tuvieron siete u ocho hijos, e incluso más. Preservemos y revivamos estas maravillosas tradiciones. Las familias numerosas deben ser la norma, la forma de vida para todos los pueblos de Rusia”, meditó en alto el mandatario hace una semana durante la asamblea anual del Consejo Popular del Mundo Ruso. El Kremlin, que ya da “por imposible” superar su enorme crisis demográfica con ayudas a las familias, ha puesto sobre la mesa medidas más drásticas: desde prohibir los abortos en clínicas privadas a amnistiar a las mujeres reclusas. Espoleados por su líder, en el Parlamento y en el Gobierno van más lejos, y algunos cargos piden que las rusas no pierdan el tiempo estudiando una carrera en la universidad.

Rusia afronta una grave crisis demográfica agravada por su invasión de Ucrania, aunque el declive de los nacimientos comenzó a observarse antes, en 2014, año del gran viraje del Kremlin con la anexión ilegal de Crimea. Hoy, la natalidad se ha desplomado hasta unos registros menores, incluso, que los vividos durante la crisis desatada por el hundimiento de la Unión Soviética en 1991: 1,1 millones de nacimientos anuales, unos 150.000 menos que en los noventa.

“Es imposible superar los dificilísimos retos demográficos a los que nos enfrentamos solo con dinero, con pagos sociales y otros programas individuales”, admitió Putin en el foro del mundo ruso, donde abogó por fomentar “el amor” a la familia. Allí, no abordó otros factores poblacionales como la mortalidad entre los hombres en edad de ser padres en el frente y la emigración provocada por sus políticas internas.

El Kremlin ha apostado ahora por las medidas coercitivas. La Unión Soviética legalizó el aborto en 1920, y Rusia, en 2023, se encamina en la dirección contraria. En verano, el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, propuso limitar la venta de la píldora del día despuésen las farmacias y prohibir los abortos en las clínicas privadas, dejando este procedimiento en manos de centros médicos controlados por el Estado. Allí, las mujeres suelen ser presionadas para no interrumpir el embarazo durante la llamada semana de silencio, un margen de tiempo obligatorio entre la solicitud del aborto —cuando se las remite a recibir atención psicológica, a veces con la participación de religiosos— y su realización.

“Se ha extendido en la sociedad una práctica completamente viciosa: la creencia de que una mujer debe recibir una educación, luego tener una carrera, posteriormente asegurarse de tener una base financiera y, solo después, preocuparse por tener hijos”, manifestó Murashhko el pasado 18 de julio ante la Duma Estatal, la Cámara baja rusa. El ministro dijo esto antes de advertir de que procrear tarde aumenta los riesgos “entre el tercer y cuarto hijo”.

Aunque el Gobierno federal aún no ha aprobado estas medidas, los gobernadores de varias regiones han dado este paso por iniciativa propia. Según el partido Gente Nueva —satélite del Kremlin, pero contrario a esta ola de machismo— al menos 11 provincias han introducido algún tipo de restricción al aborto. Entre ellas, la anexionada Crimea, donde el jefe impuesto por Moscú en la península, Serguéi Aksionov, anunció a principios de noviembre que absolutamente todas las clínicas privadas de la zona “han decidido rechazar el aborto sin tomar parte las autoridades”.

Amnistía para las reclusas​

El Kremlin ha declarado este próximo 2024 “año de la familia” y Putin ha dado luz verde esta semana a una amnistía para las mujeres que se encuentran en prisión bajo dos criterios: que estén siendo juzgadas o hayan sido condenadas por delitos no violentos, y que esta haya sido la primera vez que los cometan o tengan hijos menores. La Duma se ha puesto a trabajar de inmediato en la confección de la lista de perdonadas.

 
Traducción: el judío Putin quiere que aumente el lumpen de bajo IQ en su país, por tanto quiere poner a las reclusas a parir
 
Volver