forero93
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Gran parte de la población se mantuvo a raya de la convocatoria que pretendía paralizar la región.
El inicio de las movilizaciones y el “paro seco” anunciados para el 30 de mayo en Puno por algunas organizaciones sociales afines a sectores de la izquierda vieron fracasar sus intenciones de paralizar la región con el fin de ejercer presión en contra del Gobierno de Dina Boluarte. La población salió a trabajar y el comercio se desarrolló de manera normal.
Pese a que en las últimas semanas se anunció desde la región sureña el inicio del “paro seco”, la convocatoria hecha por algunos sectores cuyos fines son enteramente políticos e ideológicos, no tuvo recepción ni eco en la gran mayoría de la población. Y, pese a que se registraron grupúsculos movilizándose en zonas como Ilave y Juliaca, las actividades laborales y económicas, así como el transporte, no se detuvieron.
“No estamos de acuerdo con el paro porque ahorita nosotros estamos endeudados. Nosotros trabajamos al crédito y hasta ahorita yo debo y estamos pagando poco a poco (…) Todos los mercados están atendiendo. No vivimos del paro”, dijo una comerciante de Lacustre sobre el paro tras ser consultada por el medio local Artemusa TV.
Hemos sufrido un montón de consecuencias, la pandemia más el paro. La gente, los usuarios y las personas necesitan trabajar. No hay capacidad económica”, manifestó otro ciudadano puneño también de la ciudad de Lacustre, quien se dedica al transporte de carga pesada.
Como se recuerda, este “paro seco” es el preámbulo de la reactivación de las manifestaciones violentas anunciadas desde las regiones del sur para el próximo 14 de junio en la denominada “Tercera Toma de Lima”. Sin embargo, todo parece indicar que quienes las azuzan han perdido respaldo y credibilidad.
El inicio de las movilizaciones y el “paro seco” anunciados para el 30 de mayo en Puno por algunas organizaciones sociales afines a sectores de la izquierda vieron fracasar sus intenciones de paralizar la región con el fin de ejercer presión en contra del Gobierno de Dina Boluarte. La población salió a trabajar y el comercio se desarrolló de manera normal.
Pese a que en las últimas semanas se anunció desde la región sureña el inicio del “paro seco”, la convocatoria hecha por algunos sectores cuyos fines son enteramente políticos e ideológicos, no tuvo recepción ni eco en la gran mayoría de la población. Y, pese a que se registraron grupúsculos movilizándose en zonas como Ilave y Juliaca, las actividades laborales y económicas, así como el transporte, no se detuvieron.
“No estamos de acuerdo con el paro porque ahorita nosotros estamos endeudados. Nosotros trabajamos al crédito y hasta ahorita yo debo y estamos pagando poco a poco (…) Todos los mercados están atendiendo. No vivimos del paro”, dijo una comerciante de Lacustre sobre el paro tras ser consultada por el medio local Artemusa TV.
Hemos sufrido un montón de consecuencias, la pandemia más el paro. La gente, los usuarios y las personas necesitan trabajar. No hay capacidad económica”, manifestó otro ciudadano puneño también de la ciudad de Lacustre, quien se dedica al transporte de carga pesada.
Como se recuerda, este “paro seco” es el preámbulo de la reactivación de las manifestaciones violentas anunciadas desde las regiones del sur para el próximo 14 de junio en la denominada “Tercera Toma de Lima”. Sin embargo, todo parece indicar que quienes las azuzan han perdido respaldo y credibilidad.