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Lima, la joya que los provincianos nos robaron

King Squirtle

Miembro Frecuente
En la década de los 50, la cosmopolita capital peruana estaba en un pleno auge, comparable a cualquier país desarrollado. El río Rimac estaba limpio, adornado por árboles de lúcuma, y en cuyas aguas habían peces, camarones y hasta nutrias. Los cerros estaban libres, desocupados, tranquilos con sus únicos huéspedes: vizcachas, zorros, lechuzas y lagartijas.
Nada hacía presagiar que la prometedora Ciudad de los Reyes, otrora orgullo del Virreinato Español, se convertiría en una metropolis sobrepoblada, desordenada, y pésimamente gestionada.
Gran parte de la culpa la tuvo la migración masiva de los provincianos, quiénes incapaces de aprovechar sus ricas tierras, entregas por el dictador Velasco tras arrebatarselas a sus dueños originales. Cambiando así el verde campo por el polvo de un cerro. Al principio, como toda enfermedad, los síntomas fueron leves; pero con el tiempo los efectos se notaron: el río Rimac se llenó de basura, hasta el punto en que la vida abandonó sus aguas; los cerros silenciosos se volvieron terrenos de invasión; las tranquilas calles se llenaron de mendigos y ladrones; los movimientos terroristas empezaron a ganar adeptos en la capital.
Hoy en día, cuando veas el río Rimac o los cerros de la capital, recuerda que antes eran un bello paisaje. Que "Lima la horrible" no merecía ese apelativo. Que aquellos que la llaman "La capital del mal" son aquellos que no dudaron en venir a invadir hasta el más miserable espacio en algún cerro olvidado. Recuerda esto siempre que injurien tu capital: Lima fue la joya que los provincianos nos robaron.
 
Es cierto lo serranos pezuñentos con olor a poto se cargaron a Lima, ya ni mi hermoso distrito San Isidro es seguro por esos pezuñentos, la cultura criolla era la mejor mis tíos y abuelos vienen de esa cultura y son gente honrada y trabajadora. Los serranos son maliciosos quieren todo fácil quieren estafar y cagar, como una de mis empleadas que me hizo el cambiazo, no la boté a patadas porque cuida a mi padre que es un hombre de avanzada edad al que hay que estar cambiando. Cómo decía mi abuela al serrano con el plato de comida en la mano y con una patada en el rabo para que no se te prenda
 
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