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Las armas biológicas del Pentágono

Tema serio, no se burlen.

Hydra

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En 2018, la periodista de investigación búlgara, Dilyana Gaytandzhieva, presentó evidencia contundente sobre cómo el ejército estadounidense produce regularmente virus, bacterias y toxinas mortales, en laboratorios biológicos del Pentágono en 25 países de todo el mundo, violando directamente la Convención de la ONU sobre la prohibición de las armas biológicas.

Dilyana Gaytandzhieva es corresponsal en Oriente Medio y fundadora de Arms Watch, quien en los últimos dos años ha publicado una serie de reportajes reveladores sobre el suministro de armas a los terroristas en Siria e Irak.

Cientos de miles de personas involuntarias son expuestas sistemáticamente a peligrosos patógenos y otras enfermedades incurables. Los científicos de la guerra biológica, utilizando una tapadera diplomática, prueban virus artificiales en los laboratorios biológicos del Pentágono en 25 países de todo el mundo. Estos laboratorios biológicos estadounidenses están financiados por la Agencia de Reducción de la Amenaza de Defensa (DTRA) en el marco de un programa militar de 2.100 millones de dólares, el Programa de Compromiso Biológico Cooperativo (CBEP), y están situados en países de la antigua Unión Soviética, como Georgia y Ucrania, en Oriente Medio, en el Sudeste Asiático y en África.

Su trabajo actual se centra en documentar los crímenes de guerra y las exportaciones ilícitas de armas a zonas de guerra de todo el mundo.

Uno de los patógenos documentados en este artículo, publicado por Gaytandzhieva en abril de 2018, es el MERS-CoV, uno de los virus que han sido diseñados por Estados Unidos y estudiados por el Pentágono, al igual que la gripe y el SARS. La confirmación de esta práctica causó la prohibición temporal durante la administración Obama de la financiación del gobierno para este tipo de investigación de “doble uso”. Sin embargo, la moratoria se levantó en 2017 y los experimentos han continuado.

Los experimentos con patógenos pandémicos potenciales mejorados (PPP) son legales en Estados Unidos. Estos experimentos tienen como objetivo aumentar la transmisibilidad y/o virulencia de los patógenos.

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1. Georgia como campo de pruebas

El Lugar Center es el laboratorio biológico del Pentágono en Georgia. Está situado a sólo 17 km de la base aérea militar estadounidense de Vaziani, en la capital, Tiflis. Los encargados del programa militar son biólogos de la US Army Medical Research Unit-Georgia (USAMRU-G) junto con contratistas privados. Al laboratorio de nivel 3 de bioseguridad sólo pueden acceder ciudadanos estadounidenses con autorización de seguridad. Se les concede inmunidad diplomática en virtud del Acuerdo de 2002 entre Estados Unidos y Georgia sobre cooperación en materia de defensa.
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El Lugar Center, República de Georgia

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El ejército estadounidense se ha desplegado en la base aérea militar de Vaziani, a 17 km del laboratorio biológico del Pentágono en el Centro Lugar



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La información obtenida del registro de contratos federales de EE.UU. aclara algunas de las actividades militares del Lugar Center, entre ellas la investigación sobre agentes biológicos (ántrax, tularemia) y enfermedades víricas (por ejemplo, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo), y la recogida de muestras biológicas para futuros experimentos.

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El acuerdo entre Estados Unidos y Georgia otorga estatus diplomático al personal militar y civil estadounidense (incluidos los vehículos diplomáticos) que trabaja en el programa del Pentágono en Georgia.

2. Los contratistas del Pentágono producen agentes biológicos bajo cobertura diplomática

La Agencia de Reducción de la Amenaza de Defensa (DTRA) ha subcontratado gran parte del trabajo del programa militar a empresas privadas, que no tienen que rendir cuentas al Congreso, y que pueden operar con mayor libertad y sortear el imperio de la ley. El personal civil estadounidense que realiza trabajos en el Lugar Center también ha recibido inmunidad diplomática, aunque no son diplomáticos.

Por tanto, las empresas privadas pueden realizar trabajos, bajo cobertura diplomática, para el gobierno estadounidense sin estar bajo el control directo del Estado anfitrión, en este caso la República de Georgia. Esta práctica es utilizada a menudo por la CIA para dar cobertura a sus agentes. En el laboratorio biológico estadounidense de Tiflis trabajan tres empresas privadas estadounidenses: CH2M Hill, Battelle y Metabiota. Además del Pentágono, estos contratistas privados realizan investigaciones para la CIA y otras agencias gubernamentales.
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Contratistas de DTRA en el Centro Lugar
CH2M Hill ha recibido 341,5 millones de dólares de contratos de la DTRA en el marco del programa del Pentágono para laboratorios biológicos en Georgia, Uganda, Tanzania, Irak, Afganistán y el Sudeste Asiático. La mitad de esta suma (161,1 millones de dólares), se ha asignado a The Lugar Center, en el marco del contrato de Georgia. Según CH2M Hill, la empresa estadounidense ha conseguido agentes biológicos y ha contratado a antiguos científicos de guerra biológica en el Lugar Center. Se trata de científicos que trabajan para otra empresa estadounidense implicada en el programa militar de Georgia: el Battelle Memorial Institute.

Battelle, como subcontratista del Lugar Center por valor de 59 millones de dólares, tiene una amplia experiencia en la investigación de agentes biológicos, ya que la empresa ya ha trabajado en el Programa de Armas Biológicas de los Estados Unidos en virtud de 11 contratos previos con el Ejército de los Estados Unidos (1952-1966).

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Fuente: Actividades del Ejército de los Estados Unidos(https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB58/RNCBW_USABWP.pdf), Programas de Guerra Biológica, vol. II, 1977, p. 82.
La empresa privada realiza trabajos para los laboratorios biológicos de la DTRA del Pentágono en Afganistán, Armenia, Georgia, Uganda, Tanzania, Irak y Vietnam. Battelle lleva a cabo la investigación, el desarrollo, las pruebas y la evaluación con productos químicos altamente tóxicos y agentes biológicos altamente patógenos para una amplia gama de agencias gubernamentales estadounidenses. Ha recibido unos 2.000 millones de dólares de contratos federales en total y ocupa el puesto 23 en la lista de los 100 principales contratistas del gobierno estadounidense.​

3. Experimentos de alto secreto

Battelle ha operado un laboratorio biológico de alto secreto (National Biodefense Analysis and Countermeasures Center – NBACC) en Fort Detrick, Maryland, bajo un contrato del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de los Estados Unidos durante la última década. La empresa ha recibido un contrato federal de 344,4 millones de dólares (2006 – 2016) y otro de 17,3 millones (2015 -2026) del DHS.​

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El NBACC está clasificado como instalación de alto secreto (https://fas.org/sgp/crs/homesec/RL32891.pdf)de los Estados Unidos. Crédito de la foto: DHS.
Entre los experimentos secretos, realizados por Battelle en el NBACC, se encuentran:

- Evaluación de la tecnología de diseminación del polvo.

- Evaluación del peligro que suponen las toxinas en aerosol.

-Evaluación de la virulencia de B. Pseudomallei (Meliodosis) en función de la partícula de aerosol en primates no humanos. La melioidosis tiene el potencial de desarrollarse como arma biológica, por lo que se clasifica como agente de bioterrorismo de categoría B.

B. Pseudomallei fue estudiado por los Estados Unidos como una potencial arma biológica en el pasado.

Además de los experimentos militares en el Lugar Center de Georgia, Battelle ya ha producido agentes bioterroristas en el Laboratorio de Alto Secreto de Nivel de Bioseguridad 4 del NBACC en Fort Detrick, en Estados Unidos.

Metabiota Inc. había sido contratada por el Pentágono para realizar trabajos para DTRA antes y durante la crisis del ébola en África Occidental y se le concedieron 3,1 millones de dólares (2012-2015) para trabajar en Sierra Leona, uno de los países en el epicentro del brote de ébola.
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Metabiota trabajó en un proyecto del Pentágono en el epicentro de la crisis del ébola, donde se encuentran tres biolaboratorios estadounidenses.

Un informe del 17 de julio de 2014, redactado por el Consorcio de la Fiebre Hemorrágica Viral, acusó a Metabiota Inc. de no respetar un acuerdo existente sobre cómo informar de los resultados de las pruebas y de pasar por alto a los científicos de Sierra Leona que trabajaban allí. El informe también planteaba la posibilidad de que Metabiota estuviera cultivando células sanguíneas en el laboratorio, algo que, según el informe, era peligroso, además de diagnosticar erróneamente a pacientes sanos. Metabiota negó todas estas acusaciones.
4. Experimentos militares con insectos que pican

La guerra entomológica es un tipo de guerra biológica que utiliza insectos para transmitir enfermedades. El Pentágono ha realizado supuestamente este tipo de pruebas entomológicas en Georgia y Rusia.

En 2014, el Centro Lugar se dotó de una instalación para insectos y puso en marcha el proyecto “Concienciación sobre el código de barras de las moscas de la arena en Georgia y el Cáucaso”.

El proyecto abarcó una zona geográfica más amplia fuera de Georgia – Cáucaso. En 2014-2015 se recogieron especies de moscas de la arena flebótomos en el marco de otro proyecto “Trabajo de vigilancia de las enfermedades febriles agudas” y se analizaron todas las moscas de la arena (hembras) para determinar su tasa de infectividad.

En un tercer proyecto, que también incluía la recogida de flebótomos, se estudiaron las características de sus glándulas salivales.

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Una mosca que pica la Tifilis en un baño

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Moscas en Georgia

Como resultado, Tiflis está infestada de moscas picadoras desde 2015.

5. Moscas que pican en Daguestán (Rusia)

Desde el inicio del proyecto del Pentágono en 2014 han aparecido en la vecina Daguestán (Rusia) moscas similares a las de Georgia.

Según la población local, pican y provocan erupciones. Su hábitat de cría son los desagües de las casas.

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Las moscas de la familia de los flebótomos son portadoras de peligrosos parásitos en su saliva que transmiten a través de una picadura a los seres humanos. La enfermedad que transmiten estas moscas es de gran interés para el Pentágono. En 2003, durante la invasión de Irak, los soldados estadounidenses sufrieron graves picaduras de moscas de la arena y contrajeron leishmoniasis. La enfermedad es originaria de Irak y Afganistán y, si no se trata, la forma aguda de la leishmoniasis puede ser mortal.

6. El Pentágono: Cómo matar a 625.000 personas por sólo 0,29 dólares de coste por muerte

Un informe del ejército estadounidense de 1981 comparó dos escenarios: 16 ataques simultáneos a una ciudad por parte de los mosquitos A. Aegupti, infectados con la fiebre amarilla, y el ataque con aerosol de la tularemia, y evalúa su eficacia en cuanto a coste y número de víctimas.
Operación “Big Itch”: Se realizaron pruebas de campo para determinar los patrones de cobertura y la capacidad de supervivencia de la pulga de rata tropical Xenopsylla cheopis para su uso como vector de enfermedades en la guerra biológica.

Operación Big Buzz: Se produjeron 1 millón de mosquitos A. Aeugupti, 1/3 se colocaron en municiones y se lanzaron desde aviones, o se dispersaron por el suelo. Los mosquitos sobrevivieron al lanzamiento aéreo y buscaron activamente la sangre humana.

El Aedes Aegypti, también conocido como mosquito de la fiebre amarilla, ha sido ampliamente utilizado en las operaciones militares estadounidenses. La misma especie de mosquitos es supuestamente el vector del dengue, el chikungunya y el virus del Zika, que provoca malformaciones genéticas en los recién nacidos.
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El Aedes Albopictus es un vector de muchos patógenos virales, el virus de la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya y el zika
7. ¿Por qué el Pentágono colecciona y estudia murciélagos?
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221 murciélagos fueron eutanasiados en el Centro Lugar con fines de investigación en 2014

Los murciélagos son supuestamente los huéspedes reservorios del virus del Ébola, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y otras enfermedades mortales.

Sin embargo, actualmente se desconocen las formas precisas de transmisión de estos virus a los humanos.

Se han realizado numerosos estudios en el marco del Programa de Cooperación Biológica (CBEP) de la DTRA en busca de patógenos mortales de importancia militar en los murciélagos.

Se ha culpado a los murciélagos del mortal brote de ébola en África (2014-2016). Sin embargo, nunca se han aportado pruebas concluyentes de cómo exactamente el virus “saltó” a los humanos, lo que hace sospechar de una infección intencionada y no natural.
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8. La tularemia como arma biológica
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Se cree que el MERS-CoV se origina en los murciélagos y se propaga directamente a los humanos y/o a los camellos.

Sin embargo, al igual que el Ébola, se desconocen las formas precisas de propagación del virus. Se han registrado 1.980 casos con 699 muertes en 15 países de todo el mundo (hasta junio de 2017) causados por el MERS-CoV.
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La tularemia, también conocida como fiebre de los conejos, está clasificada como agente bioterrorista y fue desarrollada en el pasado como tal por Estados Unidos. Sin embargo, la investigación del Pentágono sobre la tularemia continúa, así como sobre los posibles vectores de la bacteria, como las garrapatas y los roedores que causan la enfermedad.

9. Los laboratorios biológicos del Pentágono propagan enfermedades en Ucrania
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Ucrania no tiene ningún control sobre los biolaboratorios militares en su propio territorio. Según el acuerdo de 2005 entre el Departamento de Defensa de EE.UU. y el Ministerio de Sanidad de Ucrania, el gobierno ucraniano tiene prohibido revelar públicamente información sensible sobre el programa de EE.UU. y Ucrania está obligada a transferir al Departamento de Defensa de EE.UU. (DoD) patógenos peligrosos para la investigación biológica. El Pentágono ha tenido acceso a ciertos secretos de Estado de Ucrania en relación con los proyectos en el marco de su acuerdo.

Una infección de hepatitis A muy sospechosa se extendió rápidamente en pocos meses por el sureste de Ucrania, donde se encuentran la mayoría de los biolaboratorios del Pentágono.

10. La toxina botulínica

La toxina botulínica fue probada como arma biológica por el ejército estadounidense en el pasado, así como el ántrax, la brucela y la tularemia. Aunque el programa de armas biológicas de EE.UU. finalizó oficialmente en 1969, los documentos muestran que los experimentos militares nunca han terminado. En la actualidad, el Pentágono produce y prueba agentes biológicos vivos en las mismas instalaciones militares que en el pasado: Dugway Proving Ground.
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11. Humanos modificados genéticamente

Además de la edición de genes en los insectos y en los virus que transmiten, el Pentágono quiere diseñar también a los humanos. El Proyecto DARPA de Herramientas Avanzadas para la Ingeniería del Genoma de Mamíferos pretende crear una plataforma biológica en el interior del cuerpo humano, utilizándola para suministrar nueva información genética, y así alterar a los humanos a nivel de ADN.

DARPA quiere insertar un 47º cromosoma artificial adicional en las células humanas. Este cromosoma proporcionará nuevos genes que se utilizarán para la ingeniería del cuerpo humano. SynPloid Biotek LLC ha recibido dos contratos en el marco del programa por un total de 1,1 millones de dólares (2015-2016 – 100.600 dólares para la primera fase de la investigación; 2015-2017 – 999.300 dólares para trabajos no especificados en el registro de contratos federales. La empresa solo cuenta con dos empleados y no tiene antecedentes en materia de bioinvestigación.


12. Armas biológicas étnicas

El arma biológica étnica (arma biogenética) es un arma teórica que tiene como objetivo principal dañar a personas de etnias específicas, o genotipos.

Aunque oficialmente la investigación y el desarrollo de las armas biológicas étnicas nunca se han confirmado públicamente, los documentos muestran que Estados Unidos recoge material biológico de ciertos grupos étnicos: rusos y chinos.

La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha estado recogiendo específicamente muestras de ARN y tejido sinovial rusos, lo que ha hecho temer a Moscú la existencia de un programa encubierto de armas biológicas étnicas de Estados Unidos.
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Fuente: fbo.gov
Además de los rusos, Estados Unidos ha recogido material biológico tanto de personas sanas como de pacientes con cáncer en China.

13. Los experimentos biológicos son crímenes de guerra

El artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) define los experimentos biológicos como crímenes de guerra. Sin embargo, Estados Unidos no es un Estado parte del tratado internacional y no puede ser considerado responsable de sus crímenes de guerra.
 
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