La vez que embaracé a una kine

pato_howard

Miembro Frecuente
Hola a todos, en esta ocasión les contaré mi historia de cómo embaracé a una kinesióloga. Tengo que aclarar que esta historia es real y sé que algunos no me crean, sin embargo, no me importa.

Para poder contar esta historia tenemos que regresar en el tiempo cuando tenía sólo 19 años, sí, bastante chico. Como todo jovencito, quería experimentar cosas distintas, cosas locas, cosas de adultos. Ya desde los 18 años sentía curiosidad por las prostitutas pero como todo inexperto sentía temor y vergüenza en acudir a chicas de este mundo. Además estaba el factor de que no tenía mucho dinero, a pesar de que trabajo desde los 18.

Cuando cumplí 19, por fin decido pagar por compañía femenina. Eso si, no niego que al principio tuve temor. La primera prosti con la que empecé en el mundillo puteril fue con una joven de 24 años si mal no recuerdo pero es con la segunda kine con la que tuve la siguiente historia.

Era venezolana, usaba el nombre de Maribel y ya era mayor. Para ser más exactos ella era una milf y como buena mujer caribeña de base 3, pues era voluptuosa. Buenas tetas, buenas piernas, buen culo. En su rostro había las señales de que de jovencita era bien simpática. Maribel era de tez blanca, no como la leche pero sí era blanquita y no muy alta.

Cuando nos encontramos por motivos de su servicio, se sorprendió lo jovencito que era. Hasta me preguntó si era mayor de edad jajaja. No lo voy a negar, Maribel me gustó. Era la primera mujer mayor que yo con quien tenía intimidad. Para un jovencito, estar con una mujer mayor que tú, con más experiencia que tú y con cuerpo de una verdadera mujer, es fuego puro.

Desde el primer momento Maribel me trató bien, siempre fue buena onda y educada conmigo. Tal vez al verme tan chico tuvo piedad de mí jajaja ya que conozco casos de prostis que se aprovechan de los inexpertos y los tratan mal y no cumplen con el servicio solicitado. Con ella las cosas fluyeron bien. Me sentía cómodo pasar el rato con ella y eso me llevó a ser cliente frecuente. No buscaba otras putas, sólo quería tirar con Maribel. Además de que siempre fui educado con ella, nunca la traté mal, siempre la traté como una mujer.

Y así empezó, cada vez teníamos más encuentros, cada vez más nos hacíamos más cercanos y creció la confianza a tal punto de que hablábamos de cosas más personales. Ella me contaba sus experiencias de vida y me daba algunos consejos. Fue bonito el lazo que surgió entre ella y yo. Recuerdo que varias veces nos quedábamos conversando en la cama sin importar el tiempo. Hasta llegamos al punto de saludarnos por celular simplemente para saber cómo se encontraba el otro y preguntarnos qué estábamos haciendo en ese momento y cómo nos iba el día. Hasta sabía su nombre real jajaja. Como dije líneas arriba, se creó un bonito lazo entre nosotros.

Así me enteré de que ella tenía un hijo en Venezuela y el niño se había quedado con su familia. El padre del chico se hizo humo así que ella tenía que hacerse cargo. Ese era el principal motivo por el cual emigró. Nunca le dijo a su familia que se dedicaba al kineo, pues me comentó que le daba vergüenza que algún día su hijo se entere de las cosas que ha hecho su madre por el. Recuerdo que les mintió diciendo que vendía celulares aquí en Lima.

Con el tiempo, Maribel agarró la confianza de chuparme la pinga sin condón. Confiaba en mí de que estaba sanito y yo confiaba en ella, a pesar de saber a qué se dedicaba pero afortunadamente nunca me pegó algo.

Recuerdo la vez que estábamos hablando por celular y me preguntó: "para tu cumpleaños vas a venir a verme, amor?". Sí, ella sabía la fecha de mi cumpleaños porque se lo comenté y yo sabía el de ella. Le dije que sí y me respondió que me me iba a mimar mucho.
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Llegó el día de mi cumpleaños y mentí en mi casa diciendo que me iba a trabajar ya que había quedado con Maribel de vernos en su cuarto donde vivía y pasar el rato juntos. Para eso yo ya había hecho los méritos necesarios para que en mi trabajo de entonces me dieran libre ese día.

Fui a donde en ese entonces vivía ella, Maribel bajó para abrirme la puerta y me llevó hasta el cuarto donde vivía. Cerró la puerta de su cuarto, se trepó a mi cuello y me besó apasionadamente. Me saludó por mi cumpleaños y nos volvimos a besar y como cualquier chibolo arrecho la pinga se me puso dura al instante
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. Me preguntó si ya había desayunado y yo le dije que sí pero noté en su mesita de que ella estaba en pleno desayuno así que le dije si le puedo acompañar con alguna bebida y ella acepto encantada.

Estuvimos como una hora conversando y riéndonos mucho hasta que la conversación se tornó más "feeling" y me dijo que le sorprendía que se llevara tan bien con un muchachito como yo que nunca pensó llegar a tener este nivel de acercamiento con alguien que conoció por medio del puterío. Me dejó en claro que no tiene intenciones de sacarme dinero ni nada de eso y que no la veré intentar chuparme la plata. Ahora que escribo estas líneas me pregunto si aquello se debió al hecho de que yo sólo era un chibolo misio en ese entonces, sí seguro que sí.

En ese mismo momento yo también me sinceré con ella y le dije que se siente bonito conocer a alguien como ella y que yo tampoco me podía creer que tuviera una amistad con alguien de ese mundo. Maribel me dio unos besitos y me dijo: "eres muy lindo". Se puso de rodillas en el suelo, abrió mi bragueta y sacó mi pene que ya estaba erecto desde hace rato jajaja. Me miró y me dijo: "feliz cumpleaños, mi bello" y comenzó a succionarme la pija. Al principio lo hacía tiernamente, se tomaba su tiempo. Luego se puso a jugar con las velocidades. Le pasaba lengua cual chupete para después continuar succionando ferozmente hasta que me vine y luego de jadear un poco le dije "eres una mujer muy bella". Maribel me miró y me sonrió y luego me dijo que yo era muy lindo con ella.
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Le tomé de la mano y la llevé hasta donde estaba su cama. La dejé caer, la desnudé y nuevamente, como siempre, contemplé su cuerpo. También me quité la ropa y me tiré en su encima y la besé y me dijo con una voz de pervertida "amor, todavía no me baño" y yo le dije que no me importaba, que así como está me gusta y me besó.

Le chupé las tetas dulcemente y poco a poco subí la fuerza de las succiones y de a pocos fui notando como se aceleraba su respiración. Desde sus tetas hice un camino de besos hasta llegar a su concha y me la devoré. Me percaté que ella contenía los gemidos, tal vez porque estábamos en la casa donde ella vive y seguramente no quería que la gente escuche lo que estaba pasando.

Su vagina quedó mojadita y lista para recibir mi miembro. Fui a por el condón, me lo puse y entré en su cueva del placer. Mientras la embestía me decía palabras como: "qué rico, amor", "hay sí", pero también me decía que vaya despacio para no hacer mucha bulla. Como buen caballero le hice caso, sin embargo, por momentos le daba duro y sonaba el choque
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y nuevamente me decía que vaya más despacio.

Terminamos la faena y nos quedamos conversando en la cama, nos abrazábamos y nos besábamos. Así pasó el rato y llegó la hora del almuerzo. Me la llevé a comer un chifa y la pasamos mostro. Como dije antes, era muy agradable pasar el rato con ella. Luego de que terminara de bajar la comida nos fuimos a un telo para continuarla. En mi mente dije, "aquí podrás hacer bulla" y así fue.

En el telo nuevamente me la chupó y yo la estimulé. Hicimos 69 y me vine pero yo continué estimulándola con lengua y dedos hasta que recupere la energía. Ya dura la pinga de nuevo y en posición de misionero, me preparé para penetrarla y entonces ella dijo, "Amor, sin condón. Quieres?" y yo sin dudar le dije que sí. Sí, lo sé, conducta de riego, pero en esos momentos uno está con la cabeza caliente, además está el factor de que era un chiquillo.

A capela la penetré, era la primera vez que lo hacía sin condón y se sintió la diferencia. Pude sentirla mejor a ella, su calor, su humedad, su sexo.
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La embestí durísimo y ella gritaba de placer. La puse en 4 y contemplé la maravillosa vista su culo. Nuevamente la embestí sin piedad, yo estaba borracho la placer . Maribell me decía que no me corra dentro, que lo haga afuera y pasó por mi cabeza la maldad de ignorarla y venirme dentro, sin embargo, reaccioné y me dije que si no hago lo que ella pide probablemente ya no quiera hacerlo sin condón nuevamente, así que obedecí.

Estuvimos el resto de la tarde tirando sin condón, por adelante y por atrás. Solamente terminaba en su interior cuando estaba dentro de su culo y se sentía maravilloso.
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Es así como la cercanía entre Maribel y yo aumentó, a tal punto que a veces salíamos a comer, ella me invitaba a pasar el rato en su cuarto y no me cobraba y siempre tirábamos sin condón. El preservativo desapareció de nuestro radar.

Como dije en la primera parte, la confianza entre Maribel y yo llegó a otro nivel desde que empezamos a tirar sin condón. Ella me llamaba para saludarme y yo hacía lo mismo. A veces me invitaba a su cuarto a pasar el rato, otras veces nos íbamos a comer algo. Me contaba sus cosas y yo las mías y como mujer experimentada me aconsejaba.

Una noche fuimos a tomar unas cervecitas, Recuerdo que la gente nos miraba jajaja, se notaba la diferencia de edades pues. Pasaron las horas y el alcohol mostró sus efectos. Sí, estábamos mareados. Nos pusimos más cariñosos y nos fuimos a un telo que estaba cerca del lugar y pasó lo que todos ya saben.

Sexo a full y, como ya era costumbre, sin condón. Me la chupó ferozmente y luego se subió en mi encima para cabalgarme. Desde mi posición la veía rica y poderosa con sus dos melones mirándome. Agarró mi pene, se lo puso en la entrada de su vagina y Maribel bajó lentamente mientras soltó un suspiro. Empezó la faena. Cabalgaba como una diosa y ese par de melones que me ponían loco. No pude contener mi deseo que apachurrarlos y estimular sus pezones. Maribel se tiró encima mío para besarme y luego me dijo, "te quiero, amor". Me dejó algo frío lo que me dijo pero sin pensarlo mucho también fui en esa misma línea. Le dije que también la quería y que ella me encantaba, que con ella la paso muy bien y que no necesitaba a otra mujer. Toda esa conversación se dio mientras ella estaba encima mío moviéndose y gimiendo. Me miraba a los ojos mientras yo le hablaba y me besó y dijo "no te merezco".

En esa posición, ella arriba y yo abajo, tomé sus nalgas con ambas manos, me acomodé un poco en la cama y comencé a embestirla con fuerza. Me gustaba darle duro y rápido y Maribel nunca se quejaba de mi ritmo. Le chupé las tetas y pensé en lo afortunado que yo era en tener a una mujer como Maribel en mi vida. No cualquier jovencito tiene este tipo de relación con una mujer de esa edad.

La pasión del momento me ganó. Me corrí dentro de ella y en ese momento ni si quiera pensé en las posibles consecuencias de eso. Tal como dije, la pasión me ganó. Maribel tampoco dijo nada, se dejó caer en mi encima y me besó y nos quedamos abrazados en la cama dándonos cariño.

Durante todo el rato que estuvimos en el telo no hablamos de la corrida que me mentí en su interior, es más, en los siguientes polvos continué vaciándome a dentro.

Recuperé la erección y nos pusimos de misionero. Entré nuevamente en ella y continuamos con la matanza. Ella gemía y me besaba, estaba muy cariñosa esa noche. Maribel decía cosas como: "qué rico, amor", "hay Dios qué rico", "dame más, amor", "sí, qué rico", y en pleno tiro me dice lo siguiente: "dale más duro a tu mujer, amor".

Causas, me volví loco, me arrechó demasiado así que la reventé lo mejor que pude. En plenas embestidas me detiene y me pide cambiar de pose. Se puso de perrito y de vuelta para adentro. Le daba nalgadas y le jalaba el pelo y al poco rato me vine en su interior, otra vez.

Como relaté en la segunda parte, Maribel y yo estuvimos teniendo sexo esa noche sin condón. Estábamos mareados debidos a las cervezas que nos tomamos y durante la faena me corrí dentro de ella.

Luego del último polvo descrito en la segunda parte, nos quedamos descansando en la cama mientras nos dábamos caricias. Era bonito estar con ella, no lo voy a negar. Como dije anteriormente, disfrutaba pasar el rato con ella.

Ya con la cabeza más fría sospeché que tal vez el motivo por el cual no me decía nada por haberme derramado mi leche dentro de su sexo, era el alcohol, y es que Maribel estaba muy cariñosa esa noche y como jovencito arrecho que era pues aproveché la oportunidad.

Maribel me acariciaba y me decía que yo era muy lindo con ella y que ella no es la mujer que me merecía. Le dije que me encantaba estar con ella y la besé y ella respondió a mi beso. Mi pinga empezó a ponerse dura y la tomé de las piernas. Con ambas piernas en mis hombros, volví a penetrarla y a continuar con la matanza. Esa vez fuimos más despacio, quería disfrutar de su cuerpo lo mejor posible.

Me fascinaba ver cómo sus melones bailaban debido a mis embestidas, su carita y sus gemidos de placer. Maribel era mi hembra y yo su macho, no había otra cosa en mi mente en ese momento. Continuó el cache y me vine dentro de Maribel otra vez, ella se fue orinar y regreso a la cama y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente nos tiramos un mañanero delicioso, hicimos 3 poses: misionero, ella arriba cabalgando y de perrito para terminar y sí, me corrí otra vez dentro. Luego de la ducha me dijo que teníamos que tener más cuidado con eso y que saliendo le acompañe a la farmacia. No me puse especial con eso porque sabía que Maribel tenía razón. Tener un hijo a temprana edad y sobre todo con una mujer del mundo del puterío pues es algo que uno tiene que pensarlo muchas veces, aunque yo, un inexperto, pues confiaba en que una mujer ya vivida como ella no tendría muchos problemas para lidiar con embarazos no deseados.

Le di la razón a su pedido pero también le dije que sentía riquísimo correrme dentro suyo y que algo me decía que a ella también le gustaba. Al principio se rio luego de un rato de vacilar con el tema me confesó que también le gustó pero nuevamente comentó de que deberíamos de tener cuidado. Saliendo del telo, luego de visitar primero la farmacia, nos fuimos a tomar desayuno todo tranquilo. La embarqué, le di algo para el taxi y luego me fui en micro a mi casa jajaja.

Desde ese día la unión que tenía con Maribel subió a otro nivel, había más confianza, conversábamos más, salíamos más, hablábamos de irnos de viaje a provincia en mis vacaciones, me besaba en la calle como pareja, hasta me celaba de vez en cuando. Sólo para hacer un paréntesis en ese último punto, les cuento una anécdota. Una vez estaba con ella en el telo y me llama mi compañera del trabajo para decirme sobre uno cambio de horario que había hecho con ella. Maribel vio el nombre de ella en la pantalla del celular y se puso celosa jajaja. Me preguntaba quién era, de dónde es, etc. Le calmé diciéndole la verdad, que era una compañera del trabajo y que me llamaba por un tema de cambio de día de descanso que había hecho con ella. Es más, le dije que ese cambio de descanso era para estar con ella. Cuando noté que se había calmado le dije que la única mujer que me encantaba era ella, Maribel me sonrió, me besó y terminamos tirando nuevamente.

También tengo que comentarle que siempre lo hacíamos sin condón y algunas veces me corría fuera pero otras me entraba el diablo y me venía dentro. Total, sabía que a ella le gustaba tener mi leche dentro suyo, sin embargo, luego del fuego y la pasión, me decía que tenía que venirme fuera. Me daba risa porque en pleno sexo, con la pinga bien metida, no ponía quejas sobre ese tema. Pero sabía que tampoco podía abusar mucho de su confianza porque tal vez me cierre el kiosko y terminaba cagado yo, así que varias veces me venía fuera pero cuando estaba súper caliente me corría dentro.

Como dije en las primeras partes de la historia, Maribel era una mujer mayor, una milf para ser más exacto y yo un chiquillo que recién comenzaba a vivir. Por cosas del destino (y que conté en las anteriores partes de la historia) la relación que tuve con Maribel se hizo más cercana, pues nos veíamos para tirar, salíamos juntos cuando se podía ya que yo trabajaba y ella pues, se puteaba y tampoco quería descuidar su "trabajo".

De vez en cuando y por iniciativa propia le apoyaba económicamente y a veces ella me pedía pero nunca me absorbió financieramente ni tampoco me exigía que le entregue plata. Eso era lo bueno de ella.
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Ambos habíamos quedado en irnos de viaje fuera de Lima, de hecho este tema se tocó en varias ocasiones porque al inicio como que no estaba muy convencida. Para mi buena suerte ella aceptó, así que pocos meses antes de que yo salga de vacaciones de mi trabajo, ella le ponía ganas al puterío para ahorrar dinero ya que nos íbamos a ir a Trujillo por 2 semanas y durante ese tiempo no iba a putear.

No voy a negar que estaba algo nervioso, era la primera vez que me iba de viaje con una mujer mayor, además de que era nuevo en eso de hacer reservas para tener donde dormir y esas cosas pero al final todo salió bien.
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Obviamente mentí en mi casa diciendo que me iba de viaje con unos amigos, ni cagando iba a decir que me iba a Trujillo con una puta jajaja. Llegamos bien a Trujillo, dejamos nuestras cosas en el cuarto que había separado y nos fuimos a comer. Maribel me comentó de que estaba algo emocionada porque siente que el viaje le hará bien. Supuse que la vida de una mujer que se putea para vivir, que es madre soltera y con un hijo al que no puede abrazar porque esta en otro país debe de ser desgastante, así que, para mis adentros, me dije que le voy a poner ganas para que ella la pase bien. Rápidamente llegué a la conclusión de que si ella la pasa bien pues ella estará de mejor ánimo y me recompensará en la cama jaja y no me equivoqué
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Para no entrar en detalles aburridos sobre el viaje, comunico de que la pasamos bien. Paseamos por varios sitios, comimos ricos y bebimos rico también. Afortunadamente no tuvimos ningún problema durante el viaje. Obviamente el contacto sexual fue aprovechada ya que teníamos 2 semanas para nosotros. Tirábamos todos los días, mayormente durante las noches. Los primeros días Maribel me exigía que usará condón y yo no quería porque ya se había vuelto costumbre tirar sin poncho pero accedí ya que si no me ponía el bendito condón no tiraba.

Más o menos el cuarto o quinto día en Trujillo, mientras estábamos cachando, se rompió el condón pero estábamos en tal climax que no nos detuvimos y ella no me dijo nada tampoco. Y sí, tiré todo los renacuajos en su interior (aproveché el momento
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). Desde ahí Maribel dejó de ponerse especial con el condón y volvimos a tirar sin poncho pero me vaceaba afuera.

Fue bonito el viaje que tuve con Maribel ya que me llevó a conocerla mejor. Ya estábamos en mucha más confianza y hablábamos de muchas cosas, también veía cómo se tomaba el tiempo de llamar a su pequeño en Venezuela todos los días y eso es bueno. El viaje le ayudó bastante y lo noté.

Un noche cuando nos fuimos a cenar, aprovechamos en tomar unos tragos en el restaurante. Ella se pidió un trago de la carta que no recuerdo el nombre pero el asunto es que le chocó jajaja. Se puso coloradita y esa era señal de que estaba happy por la bebida. El trago hizo que se picara haciendo que se comporte más alegre, más cariñosa y más emocional.

Al regresar al cuarto obviamente que tiramos. Mi hembra estaba con ánimos de mover el cuerpo y de tener a su macho dentro suyo. Se la metí sin condón y la embestía de misionero y qué rico gemía la bandida. Maribel estaba con ánimos de dominar así que me cabalgó como una diosa. Sus movimientos me embriagaban de placer, esa conchita estaba mojadita y ardía, y sus tetas saltaban de un lado para otro. Tengo que confesar que mi rendimiento sexual mejoró y se desarrolló gracias a Maribel, ella me enseñó muchas cosas jajaja.

Maribel se movía mucho, se notaba que estaba con ganas, e hizo que me viniera dentro suyo. Se tiró en mi encima y nos abrazamos y nos besábamos como una pareja de verdad. Abrazados en la cama, y ya más calmados, empezamos a conversar como solíamos hacer. La charla se tornó más feeling y ella lo estuvo más debido al alcohol. Miró al techo del cuarto, suspiró y se llevó una mano a la cara. Le pregunté qué sucedía y tras un silencio me respondió que pensaban sobre nosotros, sobre lo que estábamos teniendo. Ahí se abrió y me dijo que se sentía bien conmigo y me dejó en claro que no sólo se refería a lo sexual sino en las cosas que ella sentía cuando estábamos juntos. Que sentía cosas bonitas que la hacían sentir bien pero son esas mismas cosas que le generaban cierta preocupación y miedo. El asunto era la diferencia de edad, sobre todo el hecho de ella es mamá y yo pues era menor que ella por varios años. "Si tan solo tuviera tu edad", dijo y eso me dejó pensando. Continuó diciéndome que le gustaba pasar tiempo conmigo pero que ella ya no es una jovencita, que es mamá y ha vivido más cosas que yo además de que se prostituía y que ya por eso último no me merecía. "Si tuviera tu edad no dudaría tanto y me hubiera entregado a ti como cualquier jovencita que se enamora" .

No sabía cómo abarcar ese tema pues sólo era un jovencito así que le dije lo que me salió desde adentro. Me sinceré con ella diciéndole que también me sentía bien con ella y que el tema de la diferencia de edad pues sí me ha hecho pensar pero que de veras quería intentarlo con ella (no sé de dónde me salió eso, simplemente lo dije). Le dije que la quería a ella y no me molestaba el hecho de que tenga un hijo y que estaba dispuesto a ir al ritmo de ella.

Me dijo que tenía miedo de que los nuestro se salga de control, que veía difícil un futuro para ambos. Le robé un beso y le dije que quería estar con ella, pero de verdad. Formalizar para ser más específico. Que estaba dispuesto a ir al ritmo de ella, que podemos intentarlo de la forma más madura posible pero que la quería, la quería a ella y a nadie más.

La besé y ella me respondió el beso y ella aceptó. Esa misma noche tuvimos sexo pero ya no como un vacilón sino como pareja.

Bueno, como se dijo en la anterior parte de mi historia, Maribel y yo empezamos a tener algo más serio. Yo trabajaba y ella también (se puteaba para ser más exacto), sin embargo, ella por iniciativa propia me había comentado que estaba pensando dejar el kineo, porque ya no se sentía muy bien en ese mundo, que muchos hombres la toquen y el factor de que la usen como carne para coger y satisfacer el apetito sexual de desconocidos. Obviamente yo me sentí bien por eso, si ella lograba dejar el kineo pues ella iba a ser sólo mía y eso creo que a cualquiera le sienta bien.

Siempre cumplí con mi palabra de nunca exigirle que deje de putearse, nunca le hice una escena de celos por su trabajo ni nada de eso. Me mantuve firme y cumplí con mi parte del acuerdo que tenía con ella. Además, ¿con qué cara iba a reclamarle si yo la conocí en ese mundo? Maribel sentía que lo más indicado era dejar el kineo pero el factor económico se la ponía difícil. Puteándose ganaba mucho más que trabajando en un menú o vendiendo celulares en un puesto. Además hay que recordar el hecho de que tenía un hijo al que mantener. No era una chibolita sin hijos que fácilmente puede empezar desde cero cuando quiera.

Maribel y yo estuvimos muy bien por casi un año. Cachábamos rico y frecuentemente. Usualmente lo hacíamos sin condón aunque a veces ella se ponía especial y me exigía usarlo pero ambos sabíamos que a ella prefería hacerlo sin protección. Nunca llegamos a tener una "pelea", a lo mucho un intercambio de palabras pero que se solucionaban en ese mismo instante. Aprendí mucho con ella, no tengo dudas de ello.

No me interesaba otra mujer más que Maribel, ni las chicas de mi edad lograron hacerme dudar de lo que sentía por mi milf. Se me viene a la mente el recuerdo de una vez, cuando estábamos tirando, estábamos en tal climax que le dije "quiero que seas mi mujer para siempre", mientras la bombeaba durísimo y ella me respondió entre gemidos y gritos "si, mi vida, si, si" y ¡puaj! Solté todos los renacuajos adentro. Bonitos recuerdos.

Como dije líneas arriba, estuvimos bien casi un año hasta que el título de esta historia pisó la realidad. Maribel empezó a tener retrasos con su mes pero como en las anteriores ocasiones nunca se daba el peor escenario, no me preocupaba mucho por esto. Hasta que al final si se dio. Maribel me llamó diciéndome que quería hablar conmigo y así que fui hasta su cuarto donde vivía. Allí, en ese cuarto del tercer piso de una casa, me dijo la noticia que más me ha movido hasta la fecha. Me dijo que no le estaba viniendo su mes, que se hizo una prueba de embarazo y dio positivo. Obviamente me asusté, me quedé frío y creo que mi cara fue todo un poema porque ella se dio cuenta pero ahora que hago memoria mientras escribo estas líneas, pienso que ella mantuvo el papel firme y sereno porque yo siempre fui un chibolo a su lado. Seguramente en ese momento me habré visto más chibolo de lo que era, que la noticia me había encogido tanto hasta tener la pinta de un indefenso mocoso, quién sabe. El asunto es que Maribel optó por tener el papel de ser aquella que mantenga las cosas en control, sin embargo, noté que ella también estaba asustada. Pero pienso que ella también asumía parte de la culpa porque se metió con un chibolo como yo, que tiraba sin condón conmigo y lo peor es que le encantaba hacerlo sin protección.

Le pregunté cuánto tiempo tenía de embarazo y me respondió que más de 2 meses. Le insinué que hay que buscar a alguien para que se lo baje pero ella se negó diciéndome que la criatura no tenía la culpa de nada, que no tiene porque pagar por nuestros errores. No supe cómo refutar eso porque en esencia ella tenía razón. "Entonces, ¿Cómo hacemos?", le dije nervioso. Ella me miró, noté una vez más su miedo, y me dijo que por favor no me desaparezca, que haga la correcto. Le dije que si estaba dispuesto a no irme y dejarla con la barriga pero yo estaba asustado por mi familia, por mi futuro, por todo. ¿Se imaginan a un jovencito llegando a una reunión familiar con un bebé en brazos a lado de una mujer venezolana que me lleva varios años? Fuerte, pues. Creo que Maribel recordó que se había metido con un chibolo así que me dijo que podemos ir despacio y que poco a poco ir comunicando a mi familia que iba a ser padre pero me enfatizó que siempre tenía que estar para el bebé y esas cosas.

Le pregunté si en Venezuela ya sabían de la noticia y me dijo que no, que nadie sabía de esto, ni tampoco Pilar (una amiga también venezolana y milf de ella. Pilar también se puteaba pero bien caleta y ella sabía de lo que Maribel y yo teníamos). Maribel me dijo que ella misma se iba a encargar de decirle a su familia.

Ese día ambos hablamos mucho, demasiado diría yo. Sobre el futuro de ambos, del bebé que viene en camino, de nosotros, de nuestros errores, de nuestra lujuria. Hasta hablamos un poco sobre un posible matrimonio a largo plazo. Ese día nunca lo olvidaré.

Pasaron los días y yo estaba ahí para ella, de hecho siempre le dedicaba un tiempo para estar con ella. Así sea para comer algo, no importaba, lo importante era no dejarla sola con esto y cumplí lo mejor que pude.

Nuestro apetito sexual se vino reducido debido a esta nueva etapa que estábamos entrando pero poco a poco las cosas fueron yendo mejor. La primera vez que lo hicimos, luego de la noticia, no lo pasamos muy bien. Nos sentimos algo incómodos. Pero la segunda fue cuando las cosas regresaron a como era antes. Estábamos de misionero y yo dándole mientras nos devorábamos a besos. Le chupé las tetas y bajé para comerse su conchita y la hice estallar. Me tiré boca arriba en la cama y ella se subió a montarme y qué rico se movía. Me sentía en la gloria, pensaba cosas como que Maribel iba a ser mi mujer para siempre, que su cuerpo iba a ser solo mío, que es mi hembra y cosas así. Cosas que uno piensa en la arrechura. "Soy tuyo, amor", le dije y ella me besó.

La puse de perrito (la vista de su culo era preciosa en esa pose) y procedí a embestirla rápido y duro. "Eres mi mujer, amor, ¿si? Eres mía.", le dije y ella respondía "Sí, amor soy tuya. Dame más, duro, duro". La intensidad habitual había regresado. Boté toda la leche adentro y nos tiramos en la cama a descansar.

Estuvimos bien las siguientes semanas pero de la nada Maribel empezó a cambiar de actitud. Andaba distraída, era más fría conmigo, a veces se desaparecía. Algo estaba pasando y lo noté. Una vez me contestó el celular, luego de tanto insistir, y me dijo que estaba con Pilar y que luego me llamaba y me cortó. Desde ahí se desapareció como 2 semanas y no la ubicaba en ningún lado y obviamente esta nebulosa me ponía inquieto.

Hasta que un día la encontré caminando por la calle por la zona donde ella vivía. Caminaba más despacio y lo noté a la primera. Me acerqué y ella se sorprendió al verme y estando cerca también noté que tenía la pinta de estar algo cansada. Hablamos un poco en la calle y me dijo que mejor hablemos en privado. Fuimos hasta su cuarto, cerramos la puerta y nos sentamos. Sentía en el ambiente que algo había pasado, una sensación casi palpable.

Para no hacerla larga, Maribel me dijo que se había hecho un aborto (clandestino, obviamente). Pilar le ayudó a encontrarle un lugar para hacérselo y empezó a llorar. Me sorprendí por la noticia, creí que ella lo no iba a ser. Me sentí mal por la criatura pero lo que más me sorprendió fue que en el fondo de mi malestar sentí alivio. Un alivio culposo, un alivio que me generó MENOS alivio cuando pensaba en ello. Un alivio que tal vez no debí de sentir. Maribel en lágrimas me dijo que se sentía mal por lo que había hecho pero que estaba asustada, que la culpa le estaba comiendo. Continuó diciendo que para nosotros no había futuro, es más, que no debió de surgir. Maribel me dijo muchas cosas que no las escribiré porque sino esta historia más larga.

Cuando todas las cosas que se tenían que decir fueron dichas y las lágrimas había cesado, me invitó a que me vaya. Le pregunté por ella, si no tenía ningún problema por el aborto ya que la había visto caminar despacio y me preocupé si ella tenía algo pero Maribel no me respondió sino me volvió a decir que me vaya. Insistí unas cuantas veces más en quedarme un rato más con ella pero sin éxito, ella había tomado una decisión. Me fui y nunca más la volví a ver, es más, ella desapareció.


Casi tres años me encontré de casualidad con Pilar, la amiga de Maribel, en un puesto donde reparan computadoras y venden cosas de esa índole. Yo iba a buscar reparación para mi laptop. Me contó que se había metido con el dueño de ese puesto y que además tenía otros puestos más. Todo sobre computadoras y esas cosas. Me dijo que ya había dejado la vida del kineo aunque de broma en broma le saqué la información de que Pilar se puteaba muy de vez en cuando, pero bastante caleta ya que tuvo un hijo con el dueño de los puestos donde arreglan computadoras. Aprovecho en comentarles de que tuve algunos encuentros con Pilar, si desean les cuento esas experiencias, me lo hacen saber en los comentarios. La conversación fluyó hasta que tocamos el tema de Maribel y me contó que Maribel estaba asustada cuando se enteró que estaba embarazada, que estaba muy mal. Pilar me confesó que ella fue la que le ayudó con el tema del aborto y aprovechó en decirme que también era por mi bien. Seguimos conversando y me contó que al mes de que Maribel me había terminado, Maribel se fue a Venezuela y que no sabe nada más de ella. Pienso que Maribel regresó a su país para olvidarse de todo lo vivido aquí, su etapa de puta, todos los hombres que la tocaron, el embarazo y sobre todo a mí y no la culpo.

Fin.
 
quien no se a enamorado de una kine en mis tiempos me fui de viaje con ella conocia a su familia dure 4 años de salidas y encuentros perversos le termine al año me buscaba quueria tener un hijo mio pero uya no queria saber nada de esa gringa chilena
 
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