La vacuna del COVID-19 afecta la concentración de semen

Hydra

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En diciembre de 2019, un brote local inicial de neumonía en la ciudad china de Wuhan se convirtió rápidamente en la peor crisis de salud mundial en un siglo, ya que la humanidad enfrentó un desafío dramático que afectó la vida cotidiana en todo el mundo. El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la epidemia de COVID-19 como una emergencia de salud pública de interés internacional.

El 7 de septiembre de 2021, más de 221 millones de personas fueron diagnosticadas y más de 4,5 millones murieron a causa de la pandemia de Covid-19.

Desde la identificación del virus SARS-CoV-2 y su genoma, un esfuerzo excepcional de la comunidad científica ha llevado al desarrollo de más de 300 proyectos de vacunas. El desarrollo rápido y exitoso de la vacuna BNT162b2, que brinda una protección del 95 % 7 días después de la segunda dosis, es un logro científico notable.
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Israel fue el primer país en establecer una campaña de vacunación a nivel nacional. Si bien los candidatos iniciales para la vacunación fueron los trabajadores de la salud y los ciudadanos mayores de 65 años, la creciente disponibilidad gradual de las vacunas permitió la expansión de la campaña a todos los ciudadanos mayores de 16 años.


Desafortunadamente, la vacilación de la vacuna debido a varias razones, incluidos los temores de "daño potencial" a la fertilidad, es una amenaza importante para el éxito de los programas de vacunación.

Un examen cuidadoso plantea dos preguntas:​
  • Primero, ¿existe una justificación biológica para la mejora de los parámetros del semen después de la vacunación?​
  • En segundo lugar, dado que el análisis de semen (SA) puede variar significativamente con el tiempo, ¿Cuál es la confiabilidad de los estudios que incluyen muestras mínimas por paciente antes y después de la vacunación? Para responder a estas inquietudes, aplicamos una metodología que responderá a dos requisitos: (1) seguimiento a largo plazo en el tiempo con muestras repetitivas por paciente y (2) varios enfoques de análisis estadístico, que permitirán análisis detallados y combinados.​
El tiempo del análisis abarcó cuatro fases: previo a la vacunación (una referencia de control y para comparar), luego entre 15 y 45 días después de recibir las dos dosis; seguido de entre 75 y 125 días después, y, por último, una vez que transcurrieron más de 145 días al completar la vacunación.

El hallazgo más destacable fue que entre 75 y 125 días se produjo un descenso del 15,4% de la concentración de espermatozoides lo cual condujo a una reducción del 22,1% en el recuento celular. Ni en el volumen del semen ni en la motilidad de los espermatozoides hubo cambios significativos.

Según los investigadores este impacto era temporal, ya que luego de los 145 días había una normalización de los valores iniciales, lo que es “una demostración de recuperación a largo plazo tras la vacunación”.

“Encontramos una disminución temporal selectiva de la concentración de espermatozoides y el conteo móvil total tres meses después de la vacunación, seguida de una recuperación entre donantes de espermas”, recalca el estudio.
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Esto puede deberse, explica el artículo científico, a que la vacuna, más que tener un efecto directo sobre las células testiculares, produce síntomas adversos como “dolor, enrojecimiento o hinchazón (...) fiebre, fatiga, dolor de cabeza” los cuales a su vez generan una respuesta del sistema inmune y, con ello, “la disminución temporal de la concentración” de espermatozoides.

El estudio actual, compuesto por 37 donantes y 216 muestras de semen en cuatro momentos, demuestra un deterioro temporal selectivo de la concentración de espermatozoides 3 meses después de la vacunación, lo que da como resultado un TMC alterado sin alteraciones en el volumen y la motilidad, seguido de una recuperación posterior. Ahora bien, a pesar de los cambios detectados en la concentración de espermatozoides y conteo de células entre los 75 y los 120 días posteriores a la vacuna, el estudio registra que todos los parámetros recuperan sus valores iniciales 150 días después de la pauta completa, lo que los investigadores afirman que es “una demostración de recuperación a largo plazo tras la vacunación”.

En la discusión de los resultados, el equipo de investigadores plantean que la causa más probable es que los efectos adversos que puede causar la vacuna (fiebre, dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la vacunación) generen una respuesta inmune sistémica que afecta al esperma. De hecho, hay mucha literatura científica sobre cómo las enfermedades que cursan con fiebre afectan a la calidad del semen.

El equipo investigador también reconoció que una de las principales limitaciones de su evaluación es incluir solo donantes de semen y no una representación de la población en general, en la que podría haber personas con problemas de fertilidad.





 
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