Shinji Rei 2007
Miembro de Bronce
Será la calaca mas billonaria del cementerio ahora...
No olvidar lo siniestra que es esta familia de banqueros judíos y sus rituales satánicos
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En 1972, Guy y Marie-Hélène Rothschild, miembros de una poderosa dinastía de banqueros europeos, hicieron una fiesta en su palacete de París que quedaría en la historia por los sofisticados ornamentos que llevaban los invitados sobre sus cabezas
El carácter inusual del encuentro, donde además era posible toparse, sobre las mesas del convite, con muñecos de bebés rotos o maniquíes de mujeres desnudas, despertó también un sinfín de teorías conspiranoicas. Mucho más, teniendo en cuenta que la familia Rotshchild fue por siglos el centro de otras conjeturas francamente delirantes que los vinculaban a supuestas sociedades secretas interesadas en dominar al mundo.
Algunos centros de mesa estaban adornados por muñecos desmembrados, lo que despertó diversas teorías sobre lo que pudo pasar aquella noche en el castillo de los Rothschild
El menú del agasajo cuadraba también con el estilo del evento. Los nombres de los platos sugerían que podía tratarse de cualquier cosa. “Sopa extra lúcida”, “Embrollo de cadáver exquisito”, “Lady y Sir-Lomo” o “Tubérculos en locura”, entre otras cosas, era lo que se ofrecía para la cena, de acuerdo con la carta rescatada para la posteridad por algún comensal.
La baronesa Marie-Hélène Rothschild, ya sin la máscara de reno, sonríe para la cámara en el salón del banquete surrealistaMessy Nessy Chic
Tres años después de realizada la fiesta, el matrimonio Rothschild donó el castillo a la Universidad de París y se fue a vivir a una casona que había construido en el bosque circundante. Pero los ecos de la celebración se prolongaron por muchos años más y también las conjeturas sobre lo que pudo haber pasado allí.
Una maniquí extendida sobre un lecho de rosas era solo una muestra de la excentricidad del banquete
El castillo de Ferrières, ubicado a 26 kilómetros al este de París, era sin dudas el lugar indicado para un ágape de este tipo. Construido en la década de 1850 por el barón James de Rothschild, bisabuelo de Guy y fundador de la rama francesa de la banca Rothschild, el château había sido el más grande y lujoso de Francia en el siglo XIX.
El exterior del castillo Ferrières fue iluminado con colores naranja y rojo, algo que algunos amantes de las teorías conspiratorias relacionaron con las llamas del infierno
No olvidar lo siniestra que es esta familia de banqueros judíos y sus rituales satánicos


La increíble fiesta surrealista de los Rothschild que desató un sinfín de teorías
Ocurrió en diciembre de 1972 en París; los invitados lucieron diseños surrealistas, muchos de ellos diseñados por Salvador Dalí

En 1972, Guy y Marie-Hélène Rothschild, miembros de una poderosa dinastía de banqueros europeos, hicieron una fiesta en su palacete de París que quedaría en la historia por los sofisticados ornamentos que llevaban los invitados sobre sus cabezas
El carácter inusual del encuentro, donde además era posible toparse, sobre las mesas del convite, con muñecos de bebés rotos o maniquíes de mujeres desnudas, despertó también un sinfín de teorías conspiranoicas. Mucho más, teniendo en cuenta que la familia Rotshchild fue por siglos el centro de otras conjeturas francamente delirantes que los vinculaban a supuestas sociedades secretas interesadas en dominar al mundo.

Algunos centros de mesa estaban adornados por muñecos desmembrados, lo que despertó diversas teorías sobre lo que pudo pasar aquella noche en el castillo de los Rothschild
El menú del agasajo cuadraba también con el estilo del evento. Los nombres de los platos sugerían que podía tratarse de cualquier cosa. “Sopa extra lúcida”, “Embrollo de cadáver exquisito”, “Lady y Sir-Lomo” o “Tubérculos en locura”, entre otras cosas, era lo que se ofrecía para la cena, de acuerdo con la carta rescatada para la posteridad por algún comensal.

La baronesa Marie-Hélène Rothschild, ya sin la máscara de reno, sonríe para la cámara en el salón del banquete surrealistaMessy Nessy Chic
Tres años después de realizada la fiesta, el matrimonio Rothschild donó el castillo a la Universidad de París y se fue a vivir a una casona que había construido en el bosque circundante. Pero los ecos de la celebración se prolongaron por muchos años más y también las conjeturas sobre lo que pudo haber pasado allí.

Una maniquí extendida sobre un lecho de rosas era solo una muestra de la excentricidad del banquete
El castillo de Ferrières, ubicado a 26 kilómetros al este de París, era sin dudas el lugar indicado para un ágape de este tipo. Construido en la década de 1850 por el barón James de Rothschild, bisabuelo de Guy y fundador de la rama francesa de la banca Rothschild, el château había sido el más grande y lujoso de Francia en el siglo XIX.

El exterior del castillo Ferrières fue iluminado con colores naranja y rojo, algo que algunos amantes de las teorías conspiratorias relacionaron con las llamas del infierno
Una invitación para ver en un espejo
Solo la crème de la crème de la sociedad parisina de entonces recibió la invitación para la fiesta de los Rotshchild de aquel diciembre de 1972. La tarjeta de acceso a la cena tenía un fondo de cielo celeste con algunas nubes, al estilo de una pintura de René Magritte.
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