abelguzmanro
Miembro Nuevo
Mi teoría es que cuando vi algunas veces el documental de Morgan Spurlock, "Superengórdame" o treinta días comiendo McDonalds, me di cuenta de un detalle. La hamburguesa de por sí es el asiento del plato principal. La cuestión está en las papas, al ser éstas caloría pura, es euforia como si fuera cocaína de corto efecto. Una vez que se acaban las papas, se desvanece la alegría. Como se siente pesado comiendo en el orden primero la hamburguesa, luego las papas, necesitas el dock del levante, tu cafeína en gaseosa. O sea, hasta qué punto lo han estudiado bien las mentes de la mercadotecnia de McDonalds para lograr todo eso, no me refiero solo en el tema de elegir los colores y diseños, sino lograr la fórmula de la composición química esencial de las hamburguesas, las papas, etc. que les haga gastar menos ingredientes y recursos, pero incorporar los elementos necesarios para generar clientes asiduos y depresivos que se alegren fugazmente comiendo su McDonalds durante años e incluso tras varias generaciones. Spurlock no ahondó mucho en ello, pero si se analizara químicamente la composición de cada elemento de un combo, saldrían a la luz varios elementos químicos impensables y que se han acondicionado para el consumo humano, que a su vez generan toda esa euforia y depresión, dosificada y empaquetada con los diseños de los Arcos Dorados.
Entonces, lo que quería simplemente era dos hamburguesas, sin el combo de las papas y la gaseosa. Hubo una señorita que manipuló la pantalla táctil al público, amable ella (las cajas en un futuro dejarán de existir, solo se dará el despacho de productos). Las hamburguesas vienen todas dentro de un combo, por eso es que estas pagando entre 21.90 a 35.90 soles. No iba a pagar eso, me parecía excesivo. Como parte de todo sistema, siempre hay un bug, entonces le pedí solo hamburguesas. Dentro del sistema, las hamburguesas solas cuestan: 6.90, 7.90 y 9.90 soles. Las de una capa de hamburguesa son las más baratas. Las más caras son las de tres capas de hamburguesa, más queso cheddar, etc. No importa si para llevar o comer dentro del establecimiento, el precio aplica a lo que vas a consumir. Un detalle, no lleva lechuga, ésta ha sido reemplazada por pickles o el pepinillo encurtido. Me regresé a mi casa comiendo las dos hamburguesas de doble capa carne y doble queso cheddar en plena calle, de noche, casi ahogándome mientras caminaba. No le eché ninguna salsa para no desarmar ninguna hamburguesa.
Entonces, lo que sentí con la hamburguesas es que te genera un estado neutro del zen, de llenitud (bueno, con dos hamburguesas) y paz. Son justamente las papas y la gaseosa que no compré, lo que generaban la depresión post almuerzo o cena, porque las papas te elevan la euforia fugaz y luego la gaseosa para no dejar rastros del sentimiento zen de la comida, con cafeína cargada para seguir dando el día. Lo ideal es que si comiste hamburguesas, luego lo combinas con un jugo de frutas hecho en casa o de mercado. Con eso haces un almuerzo completo, o una cena, y no necesitas más, ni te generará la ansiedad de haber comido poco. Y si tomas unos sorbos de bebida energizante que sobró de más temprano, el cerebro despierta a rumiar ideas en formas ordenadas.
Volví al día siguiente, también de noche. La misma señorita manipulando el tablero táctil, y el mismo pedido: dos hamburguesas de doble carne y queso cheddar. Esta vez decidí quedarme en el establecimiento. Luego de un rato, en que ya estaba listo el pedido, me senté en una mesa alejada a disfrutar de ambas hamburguesas. Pero vine con un condimento escondido en la mochila: la salsa de Sriracha. Es una salsa agridulce y más picante. Discretamente abrí una de las hamburguesas y le proporcioné una cantidad que cubriera la hamburguesa y lo volví a armar. Lógicamente que guardé mi botella de salsa Sriracha que la traje desde casa. Por el mismo estilo en que están decorados los establecimientos de "fast food" o comida rápida, sientes una urgencia en comerlo todo rápido, y salir disparado. Eso cuando se viene en la más absoluta soledad a comer y seguir con el experimento de las dos hamburguesas McDonalds.
Cometí un error. No debí hacerlo al siguiente día, sino dejar pasar uno o dos días de diferencia. Pasa que cuando volvemos a repetir una experiencia en el menor plazo posible, siempre recordamos como grato y por la experiencia de la novedad "la primera vez". La segunda vez o las segundas partes de una película no siempre son buenas. Esto que puede ser un axioma, se cumplió a cabalidad. No sentí lo mismo de la primera vez, el estado zen de la llenura. Tampoco de poder pensar y escribir cosas random de mediano aliento, como la nota anterior. Simplemente, no escribí, no comuniqué a nadie mis impresiones, y luego de un par de horas de haber comido de noche las hamburguesas, algo más para llenar el buche.
Quizás dentro de un mes o dos, repita de nuevo la experiencia. Sospecho que la proteína animal sola sin los acompañantes de las papas fritas y la gaseosa, pero acompañada luego de una botella de energizante, pueda lograr alcanzar ese nivel zen del ordenamiento de ideas y compartir impresiones en un grupo de whatsapp o escribir notas apartes.
Actualización: Anoche, 30 de noviembre, volví a McDonalds y repetí el experimento de las dos hamburguesas solas. La llenitud se da, entras en un estado zen y no necesitas más. Las papas están de sobra y la gaseosa recordemos que es jarabe concentrado mezclado con el agua carbonatada de las máquinas que tienen en los restaurantes (no es el mismo sabor de las botellas de plástico o de vidrio). Antes de botar el papel que ponen en las bandejas, me di cuenta que había bastante información nutricional sobre todos los productos de McDonalds. Me guardé el papel y en casa pude registrar que apenas, con dos hamburguesas, consumo 820 calorías (cada hamburguesa tiene 410 kcal). Seguiré ampliando sobre el tema en los siguientes meses.
Entonces, lo que quería simplemente era dos hamburguesas, sin el combo de las papas y la gaseosa. Hubo una señorita que manipuló la pantalla táctil al público, amable ella (las cajas en un futuro dejarán de existir, solo se dará el despacho de productos). Las hamburguesas vienen todas dentro de un combo, por eso es que estas pagando entre 21.90 a 35.90 soles. No iba a pagar eso, me parecía excesivo. Como parte de todo sistema, siempre hay un bug, entonces le pedí solo hamburguesas. Dentro del sistema, las hamburguesas solas cuestan: 6.90, 7.90 y 9.90 soles. Las de una capa de hamburguesa son las más baratas. Las más caras son las de tres capas de hamburguesa, más queso cheddar, etc. No importa si para llevar o comer dentro del establecimiento, el precio aplica a lo que vas a consumir. Un detalle, no lleva lechuga, ésta ha sido reemplazada por pickles o el pepinillo encurtido. Me regresé a mi casa comiendo las dos hamburguesas de doble capa carne y doble queso cheddar en plena calle, de noche, casi ahogándome mientras caminaba. No le eché ninguna salsa para no desarmar ninguna hamburguesa.
Entonces, lo que sentí con la hamburguesas es que te genera un estado neutro del zen, de llenitud (bueno, con dos hamburguesas) y paz. Son justamente las papas y la gaseosa que no compré, lo que generaban la depresión post almuerzo o cena, porque las papas te elevan la euforia fugaz y luego la gaseosa para no dejar rastros del sentimiento zen de la comida, con cafeína cargada para seguir dando el día. Lo ideal es que si comiste hamburguesas, luego lo combinas con un jugo de frutas hecho en casa o de mercado. Con eso haces un almuerzo completo, o una cena, y no necesitas más, ni te generará la ansiedad de haber comido poco. Y si tomas unos sorbos de bebida energizante que sobró de más temprano, el cerebro despierta a rumiar ideas en formas ordenadas.
Volví al día siguiente, también de noche. La misma señorita manipulando el tablero táctil, y el mismo pedido: dos hamburguesas de doble carne y queso cheddar. Esta vez decidí quedarme en el establecimiento. Luego de un rato, en que ya estaba listo el pedido, me senté en una mesa alejada a disfrutar de ambas hamburguesas. Pero vine con un condimento escondido en la mochila: la salsa de Sriracha. Es una salsa agridulce y más picante. Discretamente abrí una de las hamburguesas y le proporcioné una cantidad que cubriera la hamburguesa y lo volví a armar. Lógicamente que guardé mi botella de salsa Sriracha que la traje desde casa. Por el mismo estilo en que están decorados los establecimientos de "fast food" o comida rápida, sientes una urgencia en comerlo todo rápido, y salir disparado. Eso cuando se viene en la más absoluta soledad a comer y seguir con el experimento de las dos hamburguesas McDonalds.
Cometí un error. No debí hacerlo al siguiente día, sino dejar pasar uno o dos días de diferencia. Pasa que cuando volvemos a repetir una experiencia en el menor plazo posible, siempre recordamos como grato y por la experiencia de la novedad "la primera vez". La segunda vez o las segundas partes de una película no siempre son buenas. Esto que puede ser un axioma, se cumplió a cabalidad. No sentí lo mismo de la primera vez, el estado zen de la llenura. Tampoco de poder pensar y escribir cosas random de mediano aliento, como la nota anterior. Simplemente, no escribí, no comuniqué a nadie mis impresiones, y luego de un par de horas de haber comido de noche las hamburguesas, algo más para llenar el buche.
Quizás dentro de un mes o dos, repita de nuevo la experiencia. Sospecho que la proteína animal sola sin los acompañantes de las papas fritas y la gaseosa, pero acompañada luego de una botella de energizante, pueda lograr alcanzar ese nivel zen del ordenamiento de ideas y compartir impresiones en un grupo de whatsapp o escribir notas apartes.
Actualización: Anoche, 30 de noviembre, volví a McDonalds y repetí el experimento de las dos hamburguesas solas. La llenitud se da, entras en un estado zen y no necesitas más. Las papas están de sobra y la gaseosa recordemos que es jarabe concentrado mezclado con el agua carbonatada de las máquinas que tienen en los restaurantes (no es el mismo sabor de las botellas de plástico o de vidrio). Antes de botar el papel que ponen en las bandejas, me di cuenta que había bastante información nutricional sobre todos los productos de McDonalds. Me guardé el papel y en casa pude registrar que apenas, con dos hamburguesas, consumo 820 calorías (cada hamburguesa tiene 410 kcal). Seguiré ampliando sobre el tema en los siguientes meses.