Rusia 
"Carne de cañón": Rusia saca a los presidiarios para tácticas suicidas en Ucrania

"Así lo hacemos en la Madre Rusia, Tovarish Quispe!"

Hydra

Miembro Maestro

Se les utiliza siempre para las operaciones más arriesgadas, donde la cantidad de soldados sustituye a la calidad del armamento y a la estrategia.


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Hasta 49.000 presidiarios rusos participaron en la toma de Bakhmut por parte del Grupo Wagner.

Se les ofrecía huir del régimen de torturas constantes e inseguridad en los distintos centros penitenciarios y un salario inimaginable en la vida civil. A cambio, tan solo seis meses en el frente incluyendo la correspondiente formación.

Desprovistos de experiencia en la mayoría de los casos, Prigozhin los utilizó como mera "carne de cañón" que mandar como infantería en sus misiones suicidas.
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Hasta el 20% de los alistados acabaron muriendo en Ucrania, en torno a los diez mil hombres. Eso, prácticamente en un solo frente y en bastante menos de un año. Se calcula que otros quince mil quedaron heridos de diversa gravedad.
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Eso sí, los supervivientes recibieron el dinero prometido, al igual que sus familias, y efectivamente quedaron en libertad. Algunos, incluso, fueron condecorados por su valentía por el propio Vladimir Putin. Otros, devastados, reincidieron en la criminalidad nada más llegar a Rusia.

Ahora que Wagner ha caído en desgracia -nadie sabe muy bien qué es de ellos, se rumoreó su marcha de Bielorrusia y, en Níger.

Como el año pasado, los alicientes son obvios: salir de colonias penitenciarias sobrepobladas, huir de los malos tratos físicos de guardianes y compañeros y la promesa de la libertad en caso de supervivencia. Los juegos del hambre en versión Kremlin.

Blanco fácil​

Por lo demás, su papel en el frente es exactamente el mismo: servir de blanco fácil para el ejército enemigo, que gasta con ellos la munición que no gastará con los cuerpos de élite.

La diferencia, tal vez, es que en esta ocasión no hay un Bakhmut, es decir, Rusia no está a la ofensiva sino a la defensiva. Eso, en principio, debe limitar el número de bajas. Se supone que la mayoría de estos presidiarios están en unidades de primera línea de fuego en lugares en principio poco problemáticos como debería ser el sur de Jersón. Tal vez ese exceso de confianza ha ayudado a que Ucrania haya conseguido cruzar el río Dniéper por al menos dos lugares, junto a las ruinas del puente Antonovski y en las inmediaciones de la ciudad de Kozachi Lageri.

"No somos seres humanos"​

"Para ellos no somos seres humanos, solo criminales", dice la fuente anónima del Times en referencia al trato de sus comandantes. "Había muertos por todas partes, y nos prohibían recoger sus cuerpos", añade al hablar de unos enfrentamientos en las orillas del río Dniéper ya en mayo de los que apenas se informó en su momento.
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Un equipo de rescate acude a un edificio destruido por misiles rusos, este miércoles en Zaporiyia

Es imposible saber el número de prisioneros fallecidos desde que el ministerio de defensa los utiliza para su propio ejército. La BBC calcula que representan la mayoría de bajas en los últimos meses dado que se les utiliza siempre para las operaciones más arriesgadas, donde la cantidad de soldados sustituye a la calidad del armamento y a cualquier otro tipo de táctica militar.
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¿Qué demonios hago aquí?", se preguntaba meses atrás un soldado ya fallecido. "No veo al enemigo, solo las explosiones que hacen que salte de un lado a otro como un conejo", añadía. "No es nuestra guerra", confiesa el primer interlocutor anónimo, "es completamente inhumano".
Ahora mismo, tras pasar por un hospital de Crimea, descansa las secuelas de las heridas recibidas en la pierna tras un ataque suicida que fue repelido con éxito por Ucrania en el eterno Dniéper. Aún no sabe si cobrará lo que le queda pendiente o no.
Teme que le vuelvan a enviar al frente.
Él prefiere la cárcel.
 
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